La visión de vértice
Por: David Gutierrez
En De todo un poco
marzo 12, 2009
Se ha platicado mucho acerca de lo q es vértice o de lo q debería de ser. Bueno ya desde el año pasado andabamos metidos en esto tratando de darle forma a lo q creemos es el llamado de nuestro Dios al ministerio. Aquí les dejo lo q pusimos en la sección de «Nuestra Pasión».
VÉRTICE = EVANGELISMO
Basados en Mateo 25:42-45 compartimos amor y bendiciones con los más necesitados:
Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber; fui forastero, y no me dieron alojamiento; necesité ropa, y no me vistieron; estuve enfermo y en la cárcel, y no me atendieron.» Ellos también le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como forastero, o necesitado de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?» 45 Él les responderá: «Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mí.»
Elena G. de White comenta:
“Vuestro éxito no dependerá tanto de vuestro saber y talento, como de vuestra capacidad para conquistar corazones. Siendo sociables y acercándoos a la gente, podreis atraer la corriente de sus pensamientos más fácilmente que por el discurso más capaz”.
El evangelismo, p. 320
En Marcos 5:19 se menciona “Mas Jesús no le permitió, sino le dijo: Vete á tu casa, á los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti”
En el libro ministerio de curación se menciona la gran necesidad de entender y ser empático a las necesidades de las personas incluso antes de compartirles el evangelio:
“Sólo el método de Cristo será el que dará éxito para llegar a la gente. El Salvador trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien. Les mostraba simpatía, atendía a sus necesidades y se ganaba su confianza. Entonces les decía: «Seguidme.» (Ministerio de curación pág. 143 English V.)
Estos y otros mensajes han marcado nuestras vidas al reconocer la necesidad de vaciar nuestra humanidad y dejar que el Espíritu Santo inunde nuestras vidas y las diriga cada día, cambiando o puliendo si es necesario nuestros objetivos y actividades.
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