Sobre el picnic de mascotas
Por: David Gutierrez
En actividades
abril 8, 2009
Amaneció el domingo del primer picnic de mascotas. Para mí esa jornada arrancó varias horas antes. Desde las 6:30 de la mañana corrí a arreglarme y luego a reunirme con mi novia para la tarea principal: preparar el pan para la decena de sándwiches vegetarianos que distribuiríamos más tarde.
La cita fue en el parque Rufino Tamayo, de San Pedro, que es un municipio del área conurbada de Monterrey, Nuevo León, en México. Los mil detalles pusieron en riesgo que comenzáramos a la hora acordada, las 11 de la mañana, pero Dios con su creatividad nos dio ideas y pudimos llegar temprano. Y no sólo nosotros, sino decenas de muchachos del ministerio Vértice; acompañados con sus mascotas, por supuesto: desde chihuahuas hasta labradores.
Poco a poco los casi 30 asistentes, mientras jugueteábamos con las mascotas en ese entorno verde de grandes árboles y una alfombra de pasto, podíamos sentir la presencia de Dios divirtiéndose con nosotros.
Llegado el tiempo me di a la tarea de invitar a los paseantes a integrarse a nuestra actividad. No fue difícil porque es un lugar a donde muchas personas acuden a pasear con sus mascotas. Ese era el objetivo: llegar a esas personas y compartirles que así como ellos quieren a sus mascotas así tenemos a alguien que nos ama más. Este era nuestro mensaje: «Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?» (Mateo 6:26).
En medio de las actividades y concursos de mascotas se me acercó una persona y con entusiasmo me preguntó quienes éramos, con qué frecuencia realizábamos estas actividades y si alguien nos apoyaba económicamente, entre otras preguntas. Le contesté que somos un grupo de jóvenes que amamos a Jesús y que su amor por nosotros es lo que nos mueve a buscar estas oportunidades de contarle al mundo cuánto ha hecho por nosotros. Añadí que sin importar los recursos, y con nuestras
propias aportaciones, logramos con actividades ordinarias que los jóvenes del mundo se integren y con ese mismo entusiasmo vayan a los pies de nuestro Rey y Salvador Cristo Jesús. Su respuesta de asombro la llevó a que intercambiáramos emails con la intención de estar en contacto.
Días después me escribió y resultó ser integrante de Luca A.C., una organización apoyada por el gobierno de la ciudad que se dedica al cuidado de los animales. Por ese medio la presidenta de Luca me propuso una cita para considerar la opción de trabajar en conjunto en brigadas educativas para la adopción y el cuidado de las mascotas.
Pues bien; terminaron los concursos y pasamos a la obligada premiación. Luego nos dispusimos a compartir los alimentos y con todos los invitados agradecimos alegremente a Dios, juntos, por nuestros alimentos y en especial por los invitados y sus familias. Claro, también los animalitos disfrutaron su recompensa: comida enlatada y croquetas.
Así concluyó un acercamiento a la zona que Vértice se ha propuesto como campo misionero, bajo la dirección de la Asociación del Norte de la Unión Mexicana del Norte. Se trata de San Pedro, una moderna zona urbanizada con gran cantidad de profesionales y gente solvente económicamente. La meta es conquistar corazones posmodernos para Cristo, comenzando con la fórmula del Salvador: haciéndonos sus amigos.
Por: Coke
*Escrito enviado al pastor Israel Leito como testimonial de las actividades realizadas recientemente en vértice
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