El origen o cómo arruinamos un plan perfecto / podcast

Por: David Gutierrez
En podcast
enero 23, 2012

El origen o cómo arruinamos un plan perfecto

[serie] Historia de la Redención 1

Tema del 14 de Enero, 2012.
Por Alberto Moncada
www.apiecondios.com

Un estremecedor conflicto estalló en el cielo y sus consecuencias llegaron hasta nuestro planeta. El acusador calumnió a Dios y provocó la peor crisis de la historia del universo. Ahora tú y yo estamos inmersos en un problema catastrófico llamado pecado. ¿Cómo comenzó todo? ¿qué hizo Dios entonces? ¿estamos pagando por los pecados de nuestros antepasados?

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Lectura

Isaí­as 14:12-14
Ezequiel 28:12-19
Apocalipsis 12:9
Juan 8:44
Apocalipsis 12:7-8
Job 1:6-12
Job 2:1-7
Daniel 8:11
Apocalipsis 13:6
Génesis 3:5
Jeremí­as 17:9
Apocalipsis 15:3-4

Introducción

Todos queremos más, ser el mejor, superar a otros. Estamos enfermos de pecado y moriremos tarde o temprano. ¿Cómo es posible que estemos conformes con este estado de cosas? ¿cómo caí­mos en esto?

El conflicto
La historia inicia con un padre poderoso y un hijo hermoso y muy carismático (Isaí­as 14:12-14; Ezequiel 28:12-19). Es la versión perversa que la parábola del hijo pródigo: el hijo quiere el trono ¡pero el trono está ocupado por su padre!

La ambición de Lucifer lo lleva a una amarga rivalidad contra Dios. Lucha para ganar la supremací­a, pero no con agresión o violencia sino con engaños. Entonces se convierte en Satanás, el adversario, engañador por naturaleza (Apocalipsis 12:9), inventor de la mentira (Juan 8:44).

Tras un enfrentamiento cósmico, Satanás y sus seguidores son expulsados (Apocalipsis 12:7-8). Pero, ¿por qué? ¿tan grave era su ambición? ¿no habí­a alguna alternativa para él? El problema fueron las graves acusaciones que lanzó contra Dios:

Sus criaturas no pueden ni quieren guardar su ley, por eso debe comprar su voluntad (Job 1:6-12; 2:1-7)

Su forma de arreglar los conflictos no es legal, es tramposa y autoritaria; Dios no puede ser justo y misericordioso a la vez (observa cómo Satanás ataca el lugar donde se unen justicia y amor: el santuario, según Daniel 8:11; Apocalipsis 13:6).

¿Creí­as que el pecado tení­a que ver sólo contigo y tus luchas cotidianas? Es mucho más grave porque ¡Dios está en el banquillo de los acusados! (Romanos 3:26*). Por si fuera poco, la familia humana, sus criaturas más jóvenes, falló. Satanás nos engaña diciendo que Dios se guarda algo bueno que no desea compartir (Génesis 3:5) y le creemos; al desobedecer a Dios lo único que logramos es darle la razón a Satanás: la ley no puede guardarse si no nos recompensan.

Para agravar todo Dios está en un dilema. Al persistir en condenar a Adán y Eva quedó en duda su misericordia, pero si los hubiera perdonado habrí­a quedado en duda su justicia.

El pecado es una cuña en la confianza. «Nadie pide nada sin interés y nadie te da nada gratis» es la ley de la vida. Nos hemos acostumbrado a que algo nos separa, que nadie luchará por ti, que estás por tu cuenta. Estar por encima de todos es lo común, engañar es la estrategia más socorrida (Jeremí­as 17:9)… tal como Satanás. Hemos aprendido bien de él, se ve.

¿Y Dios? ¿qué hace él? ¿por qué pone árbol de la vida? ¿por qué menciona a Job? ¿por qué no evita la muerte? ¡¿por qué creó a Lucifer?! Aunque con frecuencia él ha guardado silencio porque no estamos listos para entender sus planes, desde el principio Dios ha respetado la libertad de elección, ha dado tiempo para que todo se aclare y todos puedan decidir y ofrece una solución al pecado.

El llamado

El resultado neto del antiguo conflicto es: Dios es ahora una figura decorativa, difí­cil de defender; Satanás ha ganado simpatí­as; el mal… ya no es tan malo; cada uno está por su cuenta; Dios tal vez existe o tal vez no, no importa.

¿Crees que a él no le afecta porque es eterno y todopoderoso? Piensa que si Dios pierde la controversia, si su justicia es de papel y él no es confiable, será cosa de tiempo para que todo el universo se derrumbe. Primero caerá la Tierra y tarde o temprano el caos reinará en todos lados. Si la ley no era perfecta, si él tiene que chantajearnos, si su perdón es incierto, el discurso del amor resultará sólo una proclama cursi de buenas intenciones.

Pero yo quiero decidir que en mi vida él tiene razón. Quiero ponerme de parte de Dios, quiero defender su justicia, quiero hacerlo quedar bien ante todos. Necesito se fiel a la dirección del Espí­ritu Santo, necesito conocer su Palabra para entenderlo a él y proclamar su fidelidad (Apocalipsis 15:3-4).

*Romanos 3:26 está basado en Salmos 51:4up donde se expresa la idea de que se quiere dejar constancia de que Dios es “evaluado” y se reconoce que es justo. Considera estas dos diferentes versiones: «Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio» (versión Dios habla hoy); «Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí­ es justo» (versión Nueva Traducción Viviente)

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