Celebrando el verdadero amor: Visita a los abuelitos

Por: David Gutierrez
En actividades
febrero 20, 2012

Historias de un Dios real. Historias Verticianas.

Impresiones de miembros de Vértice de las actividades sucedidas el Sábado 11 de Febrero 2012.

 

Visita a los abuelitos - Dulce

El programa del sábado por la mañana fue de gran bendición para renovar mí­ fe y prepararme para poder estar en el cielo con Jesús y vivir cosas extraordinarias e inimaginables.

Para concluir las actividades de ese dí­a , con broche de oro, convivimos con los abuelitos compartiéndoles del Amor de Dios y un poco del nuestro demostrándolo con un gran abrazo. También nos divertimos platicar con ellos.

La abuelita Esther me dijo, antes de irnos, gracias por haber venido, me abrazó llorando, ese sin duda fue el mejor momento para mi y me quedo con esa satisfacción de haber cumplido el propósito al que iba.

por Dulce Hernández

 

Visita a los abuelitos - Ignacio Deantes

Claro que contar mi experiencia es lo mas gratificante, algo sucedió este sábado, no contuve la emoción y llore como chamaco. Pienso si esto es gratificante imagí­nense ¿como será en el cielo?.

«Chavos nos inspiran demasiado al ver como Dios los utiliza para su servicio, tienen cada detalle que sorprende, y escuchar a Francely tocar esa música es algo así­ como alcanzar el cielo, de verdad es un sábado que marco mi vida, gracias a toda la familia verticiana, los amo»

por Ignacio Deantes

 

Visita a los abuelitos - Luisa

Agradezco a Dios por haberme dado la oportunidad de compartir dos actividades con el grupo de vértice: Ir a San Antonio y la visita al asilo de ancianos.
En la primera aprendí­ muchas cosas que me motivo a seguir adelante en mi andar con Dios. Y la visita al asilo me concientizó de las necesidades de otras personas además de compartir momentos agradable con los viejitos escuchando sus historias llenas de alegrí­a, espero que ellos también lo hayan disfrutado.

por Luisa Rodrí­guez

 

Visita a los abuelitos - Gio Deantes

Visitar el asilo fue una manera de llevar el mensaje de Cristo a esos viejitos y puede asegurarles, a cada uno con los que hable, que Dios venia pronto. Me decí­an que tení­an miedo pero al escuchar el mensaje que les llevaba se les quitaba el miedo, fue la manera más clara de saber que Dios me estaba utilizando en aquel momento.

por Gio Deantes

 

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